Fiscales de Perú, Colombia y Brasil participan en taller de validación de la investigación sobre trata de personas y corrupción

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El Programa de Gobernanza Ambiental de Proética realizó este martes 5 de agosto de 2020 un taller de validación de los resultados de la investigación “Trata de personas, economías ilegales y corrupción en la triple frontera: Perú, Brasil y Colombia”. Este evento estuvo dirigido a operadores de justicia de estos tres países y autoridades.

La primera parte del evento, se centró en la presentación de la investigación y la metodología que estuvo a cargo del investigador de Proética, Gabriel Arriarán. Además, la Asistenta del Área Legal del Programa de Gobernanza Ambiental, Pilar Santos, comentó los resultados del análisis comparativo de la legislación de trata de personas en Perú, Colombia y Brasil.

En la segunda parte, se recogieron los aportes y comentarios de los fiscales participantes que ayudarán a reforzar este trabajo de investigación.

Los capítulos pendientes de la reforma política

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Por Samuel Rotta
Director Ejecutivo de Proética
Capítulo Peruano de Transparencia Internacional

Un conocido meme de Internet usa la frase “¡Tenías una sola tarea que hacer!” (“You had one job!”), para mostrar una situación en la que algo salió completamente mal, cuando tendría que haberse resuelto muy fácilmente. En eso me hacía pensar la discusión sobre inmunidad parlamentaria. La propuesta era parte de la reforma política por la cual el gobierno hizo cuestión de confianza hace un año y que fue duramente resistida en su momento por parte del Congreso disuelto. Por ello, lo esperable hubiera sido que el parlamento complementario pusiera entre sus prioridades facilitar la adopción de las reformas pendientes para que las elecciones del bicentenario cuenten con reglas que reduzcan la posibilidad de infiltración de corrupción e intereses indebidos. Pero no fue así.

Luego de recibir presión externa, de un lado, se aprobó que corruptos y otros sentenciados en primera instancia no postulen a cargos de elección popular; pero, por otro, el resultado de la discusión sobre eliminación de la inmunidad parlamentaria, que terminó extendiéndose a cuanta alta autoridad nacional existe, arroja más problemas de los que soluciona y pone en riesgo el propio sistema de controles y contrapesos que se buscaba mejorar.

Como corresponde a este tipo de reformas, ambas deberán ser corroboradas en la nueva legislatura a través de una nueva votación calificada antes de ser incorporadas a la Constitución. Posiblemente, la reforma con la prohibición para que corruptos postulen sea aprobada y esté vigente para las elecciones del 2021, lo cual es una buena noticia; mientras que la reforma de la inmunidad sea, al final, declarada inconstitucional en el fuero correspondiente, y se mantenga el actual estado de las cosas.

Pero la reforma política tiene todavía capítulos pendientes. En efecto, el Proyecto de Ley 4189/2018-PE contenía varios componentes, de los cuales el año pasado se aprobó la incorporación del delito de financiamiento ilícito de la política al Código Penal; sin embargo, otros aspectos no fueron debatidos. Entre estos están: fortalecer las facultades de la Oficina Nacional de Procesos Electorales para auditar las finanzas partidarias, precisar el régimen de infracciones a las reglas de financiamiento estableciendo sanciones políticas, como la suspensión o cancelación de la inscripción de los partidos, y modificar el Código Penal para que el delito de financiamiento ilícito sea parte del paquete respecto del cual las personas jurídicas pueden tener responsabilidad, tal como ocurre con los delitos de corrupción y lavado de activos. Esto último obligaría a que las empresas adopten mecanismos de prevención para evitar casos como, por ejemplo, el de la donación irregular del BCP a la campaña de Keiko Fujimori.

Se trata de medidas tan importantes como las que han captado la atención pública estos días. Pero el plazo para debatirlas y aprobarlas también está corriendo. Recién instalado el nuevo Congreso, en marzo pasado, la mayoría de bancadas dio una señal de honrar los compromisos asumidos en la campaña y extendió el período para modificar las reglas electorales de abril hasta mediados de setiembre. Ese es el límite. Y esa es la tarea.

Fecha: 06/07/2020

Participantes de tres regiones se capacitaron en la II Escuela Anticorrupción y Gobernanza Forestal

Del 30 de junio al 03 de julio de 2020, se realizó con éxito la segunda edición de la Escuela Anticorrupción y Gobernanza Forestal, organizado por el Programa de Gobernanza Ambiental de Proética. Participaron los equipos de la Red Anticorrupción Forestal de Loreto, Madre de Dios y Ucayali (conformados por representantes de organizaciones juveniles, de sociedad civil y periodistas) y líderes de comunidades indígenas.

Esta actividad que se llevó a cabo vía online, debido a la actual situación que se está viviendo en el Perú a causa del Covid-19, tuvo como objetivo ampliar sus conocimientos sobre la problemática de la corrupción como uno de los principales factores que impulsan la deforestación en nuestra Amazonía, así como impulsar iniciativas de vigilancia y monitoreo ciudadano colectivo contra los desafíos identificados para impulsar su participación plena y efectiva.

Para ello, se contó con la participación de especialistas de Proética, así como de instituciones públicas y de organizaciones nacionales e internacionales: Ministerio del Ambiente, Ministerio de Justicia, Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), Secretaría de Integridad Pública de la PCM, Instituto de Defensa Legal, Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) y Environmental Investigation Agency.

Los temas que se abordaron fueron sobre el funcionamiento del Estado, el control de los recursos públicos a nivel regional, políticas públicas de integridad frente a la corrupción en el Perú, vigilancia ciudadana en tiempos de COVID19, adquisiciones del Estado: Oportunidades de corrupción y vigilancia, derechos humanos de los pueblos indígenas, gobernanza forestal, principales delitos que impulsan el avance de la deforestación amazónica, trafico de tierras y deforestación y tala ilegal en el Perú.

Durante el cuarto día, los participantes presentaron los resultados del plan de acción elaborado en la I Escuela Anticorrupción y Gobernanza Forestal. Luego trabajaron en nuevas iniciativas anticorrupción.

Este evento contó con el apoyo de Environmental Investigation Agency y el Ministerio de Ambiente de Alemania.

Puedes revisar la galería de fotos del taller aquí:

Vigilancia

Conoce las actividades de vigilancia realizadas por las y los participantes de la II Escuela Anticorrupción y Gobernanza Forestal en las regiones de Loreto, Madre de Dios y Ucayali

Capacitaciones

Conoce las capacitaciones realizadas por las y los participantes de la II Escuela Anticorrupción y Gobernanza Forestal en las regiones de Loreto, Madre de Dios y Ucayali

Reformas pendientes por un Bicentenario con una mejor representación

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Por Samuel Rotta
Director Ejecutivo de Proética
Capítulo Peruano de Transparencia Internacional

El resultado de las instituciones percibidas como más corruptas por los peruanos y las peruanas en la encuesta nacional sobre corrupción de Proética no mostraba sorpresas: hasta la penúltima edición de 2017, el Congreso de la República, la Policía Nacional y el Poder Judicial se repartían los tres primeros puestos, obteniendo siempre valores en el rango de 40% a 50% de menciones por parte de las personas encuestadas. Esto cambió en la última edición de diciembre de 2019 al registrarse un resultado inusualmente alto para el caso del Congreso: pasó de acumular 45% de menciones el 2017 a 76%; es decir, tres de cada cuatro peruanos lo señaló como una de las instituciones más corruptas del país.

El trabajo de campo de esta última encuesta se realizó en octubre pasado, cuando estaba muy fresco el episodio de disolución del parlamento, y también los episodios que llevaron a ese desenlace, entre ellos los innumerables blindajes a altos funcionarios cuestionados, incluyendo fiscales y jueces supremos investigados por corrupción y crimen organizado, y congresistas sentenciados por la justicia; pero también otros capítulos, como el agotador tira y afloja a las propuestas de reforma política presentadas por el Poder Ejecutivo y, finalmente, el infame intento de designar miembros del Tribunal Constitucional cercanos a la bancada mayoritaria, llegando a nombrar irregularmente a uno de ellos, hecho que motivó al presidente a apretar el botón rojo constitucional.

En todos los casos, la fórmula se basó en una combinación entre un manejo cuestionable de los formalismos y el abuso de la posición mayoritaria parlamentaria; y aún cuando hubo pasajes en los cuales se impuso la razón, en la percepción ciudadana quedó plasmado también, y claramente reflejado en la encuesta de Proética, el proceso previo. Todo esto ocurrió, además, en medio de un contexto político cargado por las investigaciones de gran corrupción relacionadas al escándalo “Lava Jato”, en el que varios líderes políticos se juegan la libertad.

Muchos de los parlamentarios que sucedieron a los disueltos parecen haberse olvidado a qué deben estar sentados en sus curules virtuales: la disolución del Congreso fue el capítulo final de esa triste temporada de prepotencia política y rechazo a las reformas que buscan cambiar buena parte de la dinámica más perversa del sistema político, entre ellas revisar la prerrogativa de la inmunidad parlamentaria, fortalecer los sistemas de control sobre el financiamiento de partidos e impedir que personas con sentencias de primera instancia postulen a un cargo público.

¿En qué momento ocurrió este descalabro de la memoria de los actuales parlamentarios? Sin duda, no fue durante la campaña relámpago de diciembre y enero, en la cual candidatos y candidatas parecían tener muy claro que la exigencia de retomar las reformas sería el eje del mandato y así lo declaraban en cuanta oportunidad de quedar bien ante la opinión pública tenían. Esta sintonía se perdió, entonces, en algún momento posterior a la elección.

Sea como fuere, los plazos se han ido consumiendo y ya estamos entrando a una semana decisiva, donde algunas de las medidas tienen que ser aprobadas, de lo contrario perderán la oportunidad de incorporarse a las reglas de la elección del bicentenario.

Con respecto a la inmunidad parlamentaria, una revisión realizada por Proética de las solicitudes de levantamiento de inmunidad por parte del Poder Judicial entre el 2006 y 2019, arrojó que solo 6 de las 40 fueron respondidas positivamente.  Esto quiere decir que en las otras 34, el Congreso encontró evidencias suficientes de influencia política indebida contra los parlamentarios acusados; es decir, se les estaba persiguiendo políticamente. Esto, claramente, es una realidad distorsionada y que llama la atención sobre la urgencia de revisar esa prerrogativa sea limitándola al máximo o eliminándola.

De otro lado, a estas últimas elecciones postularon más de 230 candidatos con sentencias condenatorias. Está incluso el caso del ex gobernador de Lambayeque, Humberto Acuña, quien fuera sentenciado en primera instancia en noviembre pasado como cómplice de cohecho e inhabilitado a asumir cargos públicos. Sin embargo, para que la sentencia sea efectiva, ésta debe corroborarse en una instancia superior; mientras tanto, ocupa una curul por su región.

El parlamento tiene un reto enorme esta semana: hacer que estas dos propuestas, que involucran modificaciones constitucionales, puedan ser aprobadas para que, en una siguiente legislatura, puedan ser validadas y entren en vigencia para las elecciones de 2021 por un bicentenario con mejores representantes.

Foto: Gestión 

Se presentó la segunda edición del Manual contra la tala ilegal

El pasado 25 de junio de 2020, el Programa de Gobernanza Ambiental de Proética presentó la segunda edición del manual “Abordando el primer delito ambiental: Tala Ilegal. Los seis momentos del crimen”, como parte de nuestras acciones para combatir la tala ilegal en nuestro país y fortalecer el trabajo de los operadores de justicia.

El evento contó con la participación de nuestra Directora del Programa Gobernanza Ambiental, Magaly Avila en la moderación. Los comentarios estuvo a cargo del especialista en derecho ambiental, César Ipenza; la Coordinadora Nacional de las Fiscalía Especializada en Materia Ambiental – FEMA, Dra. Flor de María Vega Zapata y el Procurador Público del Ministerio del Ambiente – Perú, Julio César Guzmán Mendoza.

Puedes descargar el manual aquí.

Pronunciamiento de la sociedad civil y pueblos indígenas por la gobernanza forestal del país y la transparencia de sus instituciones

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Los miembros de la sociedad civil y organizaciones indígenas que firmamos este comunicado, quienes formamos parte del Consejo Directivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) a través de nuestros representantes, reiteramos nuestro profundo malestar y preocupación por el despido abrupto de quien fuera elegido a través de un concurso público para ejercer el cargo de Director Ejecutivo del SERFOR por cinco años y designado en enero del 2019. Como ya lo hemos denunciado, tal decisión fue tomada arbitrariamente por el Ministro de Agricultura, sin siquiera informar al Consejo Directivo del SERFOR, considerando además que la Viceministra de Políticas Agrarias es la que preside dicho Consejo Directivo, quebrando así la institucionalidad del sector forestal peruano.

Desde nuestra interpretación de las normas, el cargo del director del SERFOR, al ser elegido por concurso público y nombrado por cinco años, no encaja dentro de la figura de personal de confianza. Por lo tanto, de haber existido motivos reales que forzaran su retiro antes del plazo establecido, estos tendrían que haber sido presentados ante el Consejo Directivo del SERFOR para su evaluación y decisión. Sin embargo, el Ministro de Agricultura sostiene que, al no existir una norma que especifique las causales de remoción para el Director Ejecutivo del SERFOR, se trata entonces de un cargo de confianza y por lo tanto es potestad del Ministro removerlo sin dar explicaciones.

Más allá de las personas, este es un tema que afecta la buena gobernanza forestal del país y la credibilidad de sus instituciones. No podemos olvidar los fuertes conflictos sociales, con incluso el costo de vidas humanas, y los largos procesos técnicos y políticos que nos llevaron como sociedad a construir la institucionalidad actual, que incluye en su “órgano máximo” – el Consejo Directivo – una importante representatividad de las comunidades indígenas y de la sociedad civil. Que se tome este tipo de decisiones sin transparentar el proceso de toma de decisión, pero además ignorando el reiterado pedido de solicitud de diálogo e información – desde marzo del 2020 – de los miembros del Consejo Directivo, muestra una total falta de respeto de parte del gobierno hacia sus propias instituciones.

Recién después de tomada la decisión unilateral, es que el Ministerio de Agricultura convoca al Consejo Directivo, a una sesión de trabajo con una agenda única: aprobar las bases para el nuevo concurso público que elegirá al nuevo Director Ejecutivo del SERFOR. Es así que varios de los miembros del Consejo Directivo hemos tomado la firme decisión de no pasar a revisar el tema de una nueva elección hasta que se haya cumplido con los siguientes pasos previos:

1. Que el Director Ejecutivo del SERFOR removido por el Ministro de Agricultura se presente ante el Consejo Directivo para responder a las observaciones hechas por el Ministro de Agricultura y su equipo.

2. Que el Ministerio de Agricultura presente ante el Consejo Directivo toda la documentación de las comunicaciones que aseguran haber enviado al hasta entonces Director Ejecutivo, y que éste habría ignorado o respondido insatisfactoriamente.

3. Que se revise la institucionalidad del sector forestal, en especial el tema de la selección, nombramiento y causales de remoción del Director Ejecutivo del SERFOR, dejando claro que estos procesos deben pasar necesariamente por el Consejo Directivo del SERFOR. Esto debe quedar claramente definido con los arreglos legales necesarios para garantizar su inmediata implementación, antes de que se pueda empezar a discutir el proceso de selección del próximo Director Ejecutivo. Además de la urgente necesidad de aclarar el tema institucional, está también el aspecto práctico de quiénes se animarían a postular a tal concurso público sin contar con la garantía de una institucionalidad y reglas de juego claras, y con el antecedente de la remoción arbitraria del predecesor. Es necesario también el fortalecimiento del propio Consejo Directivo, de modo que quede establecido como el espacio en el que se informe y se realice la gestión institucional del SERFOR incluyendo se incorpore el tema de trazabilidad y el Reglamento de Clasificación de Tierras por su Capacidad de Uso Mayor.

4. Los cambios que deban realizarse en el Consejo Directivo del Serfor, deberían conversarse con transparencia y de manera clara y directa en este Consejo para evitar seguir aumentando la desconfianza. Se debe informar al Consejo Directivo de qué se trata el “Grupo Consultivo” que supuestamente viene articulando el Ministerio de Agricultura para temas del sector forestal sin comunicar al Consejo Directivo, así como sobre los supuestos planes de ampliar los representantes del Consejo Directivo y los alcances del proyecto de ley que habría sido consensuado con la “Mesa Forestal”, sin consultar o informar al Consejo Directivo (anunciados por el Ministro en su presentación ante el Congreso de la República), poniendo además en riesgo el peso de la representación de sociedad civil y pueblos indígenas, que son quienes casualmente vienen exigiendo explicaciones a la actual gestión del Ministerio de Agricultura sobre decisiones no consensuadas que han ignorado al Consejo Directivo.

Ante la insistencia de la Viceministra de Agricultura – quien preside el Consejo Directivo – para que se apruebe las bases para el nuevo concurso público en la sesión del pasado viernes 12 de junio y la clara demanda de varios de los miembros del Consejo Directivo por resolver antes los temas de institucionalidad, se decidió suspender la sesión hasta este viernes, 19 de junio. Por lo expuesto, queremos dejar claro que consideramos inaceptable que se inicie un nuevo proceso de concurso sin haber resuelto los cruciales puntos pendientes.

Lima, 20 de junio de 2020

Atentamente,

1. Amazónicos por la Amazonía – AMPA
2. Capítulo Peruano de Transparencia Internacional – Proética
3. Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico – CEDIA
4. Centro de Investigación, Educación y Desarrollo (CIED)
5. Colegio de Ingenieros del Perú, Consejo Departamental San Martín – Moyobamba
6. Derecho, Ambiente y Recursos Naturales – DAR
7. EcOceanica
8. Environmental Investigation Agency – EIA
9. Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del
Perú – FEMUCARINAP
10. Frankfurt Zoological Society Perú
11. Instituto del Bien Común – IBC
12. Instituto para el Desarrollo y la Paz Amazónica – IDPA
13. Instituto Runa Pacha – IRUPA
14. Nature Services Peru
15. Paz y Esperanza
16. Perú te quiero verde
17. Oxfam en Perú
18. Servicios en Comunicación Intercultural – Servindi
19. Sociedad Peruana de Ecodesarrollo – SPDE
20. Unidos por los Animales
21. Asociación civil Japiqay, memoria y ciudadanía
22. Asociación Oikos

A título personal:
1. Carlos Ignacio Polo Villanueva, DNI 48051849
2. Carmen Loyola Sirumbal, DNI. 08741753
3. César A. Ipenza Peralta, DNI 40287902
4. Corinne Schirmer, CE 000077189
5. Fernando Rosemberg Fort, DNI 04811708
6. Giuliana Cecilia Larrea Aguinaga, DNI 40826401
7. Hugo Cabieses Cubas, DNI 10585951
8. John Chalo Pizango, DNI 44808292, Pueblo indígena Shawi y Shiwilo
9. Patricia Fernández-Dávila M. DNI 08220816

10. Paul Escajadillo Lock, DNI 40808374
11. Rosa Luz Luyo Cuya, DNI 40865579
12. Sandro Chavez Vasquez, DNI 06694988
13. Silvia Sánchez Huamán, DNI 08762291
14. Ursula Danuser, DNI 08252771
15. Yoselin Tafur Mautino, DNI 46838093

16. Gabriela Flores Chávez, DNI 42135069
17. Tania Alicia Gutiérrez La Torre, DNI 45312624
18. Lucía Augusta Rengifo Medrano, DNI 09998832
19. Siwarq’enti Carlos Alberto Solis Zanabria, DNI 70364257
20. Eric Chavez Betancourt, DNI 40382429
21. Jessica Gabriela Solís Vásquez, DNI 10587681
22. Suemi Shimabuko Kuwae, DNI 71936751
23. Rosa María Gastañeta Alayza, DNI 10269453
24. Gilberto Larrea Tello, DNI 10273840
25. Susana Bedoya Garland, DNI 07842489

Puedes descargar el pronunciamiento aquí.

Sistema de integridad y conflicto de intereses: hacia el equilibrio entre el control y la transparencia

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Por Samuel Rotta
Director Ejecutivo de Proética
Capítulo Peruano de Transparencia Internacional

Desde el año 2004 en adelante, con la entrada en vigor de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, se empezó a extender el uso de declaraciones de intereses y de patrimonio como piezas de un sistema para prevenir la corrupción y fortalecer la integridad pública (artículo 8.5).  Según el Banco Mundial, hacia el año 2015 había al menos 150 países en los que esta obligación estaba regulada, aunque no de manera uniforme.

¿Con qué fin se hacen estas declaraciones?

Al registrar su patrimonio de forma periódica y al contrastar esa información con otras fuentes, se puede detectar si una autoridad o funcionario se ha enriquecido de forma indebida, supuestamente a costa del presupuesto público. Y al declarar sus intereses, se puede evidenciar potenciales influencias de agentes privados con los que mantiene vínculos sobre sus decisiones públicas. Ambos tipos de declaración (que muchas veces coinciden en un solo documento, no como en nuestro país) deben estar sujetos a control para que sean efectivos. Como práctica regular, se ha establecido el control horizontal, es decir, realizado por otra agencia del Estado.

Adicionalmente, con las facilidades brindadas por la tecnología, se ha ido sumando una capa de transparencia al registro de declaraciones, verticalizando el control al involucrar a periodistas, ONGs, activistas y ciudadanía en general. Hace una década, un estudio global sobre declaraciones juradas de parlamentarios encontraba una asociación estadísticamente significativa entre transparentar las declaraciones y una menor percepción de corrupción.[1]

Pero, a pesar de esa evidencia, garantizar el acceso público a esta información ha sido y es más controversial, debido a preocupaciones por la seguridad y el derecho a la privacidad (en muchos países se pide información de familiares, por ejemplo). Esta discusión parece haberse superado en nuestro país, pues más de 35 mil funcionarios ya han entregado su declaración de intereses en el sistema en línea abierto al escrutinio público; y, de otra parte, no es un argumento que se haya expresado en las excusas de los parlamentarios que promueven excluirse del mismo.

¿Es efectivo el control?

Un elemento que sí es recurrentemente mencionado como razón para justificar el cambio a la regulación de intereses es que quien debe ser responsable de controlar las declaraciones es la Contraloría.  Un proyecto de ley presentado en días pasados por los congresistas Franco Salinas López y Luis Roel Alva, de Acción Popular, que elimina la competencia de la PCM para gestionar todo el sistema y lo pone bajo responsabilidad de la Contraloría, señala en su exposición de motivos que “está comprobado que la entidad con más capacidad para la evaluación y fiscalización de las Declaraciones Juradas de Intereses es la Contraloría General de la República, porque cuenta con las herramientas y el personal calificado para llevar a cabo esta tarea”.[2]

Sin embargo, esta afirmación palidece cuando se contrasta con la experiencia de esta entidad en cuanto a fiscalizar declaraciones patrimoniales y se comprueba que, de acuerdo con datos recogidos por la Defensoría del Pueblo, al 2017 sólo había dos personas en la cárcel por el delito de enriquecimiento ilícito.[3]  Sí: dos; y la información disponible no permite saber si llegaron ahí por hallazgos de la Contraloría sobre las declaraciones patrimoniales o por investigaciones de la Fiscalía sin coordinación con aquella.  Ante esa falta de efectividad, el control ciudadano podría asomar como una estrategia alternativa y complementaria; no obstante, el acceso a la sección detallada de las declaraciones patrimoniales está restringido, por mandato del reglamento de la ley que regula esta obligación, que introdujo en el formato una sección detallada reservada y una sección pública que sólo contiene un consolidado del patrimonio, que dice muy poco.

Piezas de un sistema en construcción

Si los parlamentarios, en todo su derecho, consideran que el decreto de urgencia (DU) es defectuoso, lo que correspondería es pasar a un debate abierto al respecto, en comisiones parlamentarias y sobre la base de evidencias nacionales y experiencias internacionales. Y mientras se toma una decisión, todas las autoridades, incluidas los miembros del parlamento, deberían cumplir con las obligaciones establecidas en diciembre pasado, pues al no hacerlo, dejan la sensación de que le quieren quitar el cuerpo a la norma.

Finalmente, el llenado de este tipo de declaraciones, no debe de verse como una tarea aislada, sino como parte de un conjunto mayor, como mencionamos al inicio: se trata de construir un sistema de integridad, que requiere todas sus piezas operando.  Aquí en el Perú, a pesar de que varias de esas piezas andan por ahí sueltas, estamos en un proceso de recolección y buscarles su sitio, así como incorporar piezas faltantes.  Por ello, es necesario que no se petardee lo avanzado, sino que se construya sobre esa base.

25/05/2020

Urge instalación de la Comisión de Ética parlamentaria ante denuncias que involucran a congresistas

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Por Samuel Rotta
Director Ejecutivo de Proética
Capítulo Peruano de Transparencia Internacional

El pasado 22 de marzo, a menos de una semana de que se decretara el estado de emergencia nacional por la pandemia del Covid-19, se conoció que un grupo de parlamentarios había utilizado un vuelo humanitario de la Fuerza Aérea para regresar a su región de origen. De acuerdo con la denuncia, los congresistas, que pertenecen a distintas bancadas, así como algunos de sus familiares, no estaban en la lista, por lo que se sospechó del uso de influencias para acceder a ese beneficio.

La reacción del entonces flamante presidente del congreso, Manuel Merino (Acción Popular), fue cuestionar la conducta de sus colegas y anunciar que la Comisión de Ética tendría que ver el caso una vez que se instale. Sin embargo, a mes y medio después del episodio, esta comisión aún no está operativa.

Mientras tanto, otros casos han ido apareciendo, siendo el más reciente el del congresista José Luna Morales, hijo del líder de Podemos Perú (PP) y dueño de la cuestionada universidad Telesup, José Luna Gálvez. Según la investigación aparecida el domingo por la noche en Punto Final, su empresa, también del rubro de educación superior, se venía apropiando de la fracción del sueldo de sus trabajadores destinada a cubrir su pensión (AFP u ONP). El caso, de por sí escandaloso, escala más aún cuando se recuerda que PP ha sido una de las más activas bancadas a favor de que los trabajadores puedan retirar 25% de su fondo bajo control de las AFP.

Al margen de consideraciones legales, hay claras infracciones al código de conducta parlamentaria que debieran ser estudiadas por la comisión de ética que, como se recuerda, tiene como función cuidar que la conducta de los congresistas se ajuste a ese código y recomendar sanciones al pleno en caso de que se verificase que hubo infracciones en un determinado caso. Si bien es cierto que esta comisión, tal como está diseñada, presenta limitaciones muy serias, no deja de ser el espacio en donde se debe ventilar y discutir este tipo de cuestionamientos.

Es cierto que la cuarentena y la consecuente necesidad de adaptar el trabajo parlamentario a una estrategia remota podría explicar parte de la demora en la instalación, pero el tiempo transcurrido es ya excesivo, más aún si se considera tres factores: que ya hay otras comisiones funcionando, que este congreso complementario tiene un plazo de vida de por sí muy corto y que la elección de enero giró en buena cuenta sobre la agenda para combatir la corrupción y promover la integridad en el país, pero también en el parlamento.

Sin embargo, en general, los congresistas parecen haber olvidado de dónde vienen y que están sentados en su curul, así sea de manera remota, porque el anterior congreso fue disuelto como salida a una profunda y extendida crisis política en la que la corrupción tuvo un rol protagónico. Basta con recordar que la percepción de corrupción sobre el congreso, registrada en la última encuesta nacional de Proética y cuyo trabajo de campo se hizo casi coincidiendo con la disolución, alcanzó una histórica cumbre de 76%, veinte puntos más que su peor evaluación desde que se empezó a aplicar esta encuesta en 2002.

Por todo ello, desde nuestra organización, exhortamos a los parlamentarios y a las parlamentarias a recuperar el sentido ético que la población le exige a este poder del Estado y corregir a la brevedad los preocupantes vacíos en el sistema de autocontrol institucional y que también se extienden a otros órganos clave, como la subcomisión de acusaciones constitucionales, que también dejó pendiente una importante agenda de lucha anticorrupción.

04/05/2020