El consorcio, por su parte, sumó a una nueva integrante en su equipo de negociación. Entre el 13 de junio y el 17 de julio de ese año, la excongresista fujimorista Úrsula Letona acompañó a los representantes del consorcio a cinco reuniones con funcionarios clave en la toma de decisiones: Ángel Garrido, coordinador general del proyecto Chinchero; Donald Gallegos, jefe de la Dirección General de Aeronáutica Civil; Roberto Ortíz, asesor del ministro, y finalmente con el propio ministro Raúl Pérez-Reyes. Letona, quien nunca antes ni nunca después acompañó a los coreanos a reuniones oficiales, explicó a OLA que brindó un servicio legal específico a una de las empresas del consorcio. “Es un tema de mi especialidad”, manifestó.
¿Cuál es su especialidad? No lo dijo, pero su intervención resultó efectiva, ya que tras la ronda de negociaciones el ministro anunció que ya se había encontrado una solución.
El 31 de julio, Pérez-Reyes declaró al diario Gestión que esta consistía en una reducción del alcance del contrato y la convocatoria de una nueva empresa para ejecutar el saldo de obra.
Como si en la práctica el proyecto no hubiera estado detenido los tres años previos, el ministro dijo que una resolución del contrato hubiera generado una paralización de la obra por varios meses hasta contratar a una nueva empresa y “eso es lo que queremos evitar”.
Pérez-Reyes aseguró que en un plazo de dos semanas el acuerdo se plasmaría en una adenda al contrato, pero el trámite se aplazó varios meses. Ante la demora del MTC, el congresista Aragón volvió a la carga. El 15 de agosto de 2024, suscribió un proyecto de ley que buscaba la “atención inmediata de Contrataciones de Gobierno a Gobierno en circunstancias de caso fortuito o fuerza mayor”. Aunque la norma también hacía mención a otras obras ejecutadas bajo la modalidad G2G, lo cierto es que la propuesta buscaba impedir que el Estado pueda suspender y mucho menos resolver el contrato con aquellas empresas que, como el Consorcio Natividad Chinchero, “se habían visto afectadas por precio de los insumos, como materiales de obra, o la incorporación de necesidades no contempladas en la propuesta económica y/o técnica”. Es decir, una ley con nombre propio.
Aragón, quien es investigado en la Fiscalía por los delitos de patrocinio ilegal y cohecho al haber impulsado proyectos de ley que presuntamente favorecían a la empresa china Huawei, firmó el proyecto de ley en coautoría con su colega de bancada Elvis Vergara, investigado por el caso “Los Niños”.
Entretanto, Pérez-Reyes tuvo que afrontar otro contratiempo. Cuando la adenda ya se encontraba lista para la aprobación por parte de la Oficina General de Administración del MTC, el titular de este despacho presentó su carta de renuncia. El 16 de octubre, Carlos Albán se desvinculó de la institución y su lugar fue tomado temporalmente por Gastón Otero. Un par de semanas después, el 27 de octubre, Pérez-Reyes designó en el puesto a Percy Arellano, un exfuncionario de Produce, quien en tiempo récord dio luz verde a la adenda dos días después, el 29 de octubre.
Arellano, por cierto, dejó el cargo apenas unos meses después para integrarse al programa Perú Compras, dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas, actualmente bajo la cabeza de Pérez-Reyes.