Proética espera que próximo diálogo entre PPK y Keiko Fujimori fortalezca la lucha contra la corrupción

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Según se ha anunciado al país, el próximo martes 11 de julio el presidente Pedro Pablo Kuczynski y la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, se reunirán en Palacio de Gobierno a fin de dialogar sobre temas de interés nacional. Dos son los temas que habrán de abordarse con prioridad y uno de ellos es precisamente el de la lucha contra la corrupción.

En ese sentido, desde Proética hacemos una invocación para que este diálogo permita retomar el compromiso con algunas iniciativas que fueron formuladas durante la campaña electoral, y quedaron registradas en el foro público que nuestra institución organizó en enero del 2016. Además, tales iniciativas fueron recogidas en las recomendaciones que formulara la Comisión Presidencial de Integridad, en el informe que presentó al término de su mandato, en diciembre pasado.

En tal sentido, es importante recordar las principales propuestas formuladas en aquella oportunidad por los entonces candidatos, en materia de la lucha contra la corrupción. Tales propuestas fueron las siguientes:

  • Reformar el sistema político y electoral para prevenir el ingreso de recursos de la economía ilegal en la política, incluyendo el impedimento para que personas sentenciadas por delitos de corrupción u otros graves delitos puedan postular a cargos de elección popular.
  • Fortalecer, rediseñar y modernizar la Contraloría General de la República, así como el Sistema Nacional de Control.
  • Una profunda reforma del sistema de justicia, iniciándola en la total recomposición del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
  • Crear un sistema nacional anticorrupción, fortaleciendo también el rol de la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción (CAN).
  • Fortalecer y ampliar las atribuciones de la Unidad de Inteligencia Financiera.
  • Desarrollar y fortalecer una política de transparencia y de gobierno abierto, incluyendo la creación de una efectiva Autoridad Autónoma de Transparencia.

La situación por la que atraviesa nuestro país, hace particularmente trascendente el logro de acuerdos concretos para adoptar políticas de Estado en lo que se refiere a la lucha contra la corrupción. En un contexto de objetiva debilidad institucional del Estado peruano, la sociedad civil demanda el diseño e implementación de políticas que incorporen su participación, para garantizar un resultado exitoso, implementando una estrategia que integre esfuerzos con todos los sectores dispuestos a colocar como primera prioridad para el Perú, una acción decidida contra la corrupción y el crimen organizado.

Declaración Jurada de Intereses

DECLARACIÓN DE INTERESES DE LAS ALTAS AUTORIDADES DEL ESTADO

La Comisión Presidencial de Integridad (CPI), en el marco de una propuesta comprehensiva contra la corrupción, propuso que, antes del día 31 de enero de 2017, todas las altas autoridades del Estado, sus asesores directos y quienes ocupan cargos de confianza presenten ante sus respectivas entidades sus Declaraciones Juradas de Intereses, conteniendo la información relativa a sus vínculos societarios, comerciales, gremiales, empresariales, profesionales y laborales, anteriores al ejercicio de sus respectivos cargos.

En ese sentido, el 27 de enero de 2017, los Voluntarios Proética emitimos un pronunciamiento dirigido a todas las altas autoridades, exigiendo que cumplan con su responsabilidad de ser transparentes y presenten sus Declaraciones Juradas de Intereses, en la forma sugerida por la CPI. Este pronunciamiento fue suscrito por ciudadanos de diversos campos, que, unidos, demandamos a nuestras autoridades un Estado transparente sin secretismos y al servicio de la Nación. Asimismo, lanzamos en redes sociales la campaña #DeclaraPues! a fin de que la ciudadanía, en general, se sume a la demanda pública y haga valer su derecho a la información.

Cumplido el plazo propuesto por el informe de la CPI, el Presidente Kuczynski, sus ministros de Estado, así como otras autoridades del Poder Ejecutivo, y, únicamente ciertas otras del Poder Legislativo, hicieron públicas sus Declaraciones Juradas de Interés. Sin embargo, los Voluntarios Proética estamos convencidos de que dicha responsabilidad no debería limitarse únicamente al Gobierno Nacional ni al Poder Ejecutivo; sino que ésta debería extenderse, sin excepción –como lo sugirió la CPI-, a todas las altas autoridades del Estado, lo que comprende también a congresistas, gobernadores regionales, alcaldes, jueces y fiscales, autoridades electorales, directivos de entidades reguladoras y demás altas autoridades, incluidas las de la CGR, la Defensoría del Pueblo, el BCR, entre otras.

PODER EJECUTIVO

Conoce las declaraciones de interés de tu presidente y ministros de Estado.

También puedes revisar las declaraciones juradas de intereses de tu autoridad regional, local y sus funcionarios en la siguiente página web implementada por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).

PODER LEGISLATIVO

Entérate si tu congresista publicó su declaración de interés. Si aún no lo ha hecho, envíale un tuit  invitándolo (a) a sumarse a esta iniciativa que busca construir un Perú transparente.

accionpo
ACCIÓN POPULAR
alianzaprogre
ALIANZA PARA EL PROGRESO
bancadalibe
BANCADA LIBERAL
cambio211
CAMBIO 21
apra
CÉLULA PARLAMENTARIA APRISTA
frenteam
FRENTE AMPLIO POR JUSTICIA, VIDA Y LIBERTAD
fuerzapo
FUERZA POPULAR
PPK
PERUANOS POR EL KAMBIO
nuevope
NUEVO PERÚ
gt
UNIDOS POR LA REPÚBLICA
NOAGRU
NO AGRUPADOS

Fuente: La información mostrada sobre la conformación de las bancadas fue recopilada del portal web del Congreso de la República.

“Una buena noticia para la lucha contra la corrupción”, por Jorge Medina

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  • Por el presidente de Proética, Jorge Medina
  • Publicado en el diario El Comercio

Hay noticias que merecen más atención. Hace menos de dos semanas, durante el CADE Universitario, decenas de jóvenes peruanos se comprometieron a luchar contra la corrupción.

Esta es una gran noticia en un país en el que el 92% de sus autoridades locales, y el 70% de sus regionales están involucrados en casos de corrupción, un fenómeno que le cuesta al Perú entre el 3% y 4% del PBI, lo que equivale a que cada año medio millón de peruanos siga siendo pobre.

La participación activa de estos jóvenes es clave para exigir a las autoridades llevar a cabo las tantas veces postergadas reformas del Estado, tan necesarias para mitigar los efectos perversos de la corrupción.

Transparency International y Proética participamos en la sesión “El valor de actuar correctamente” del CADE Universitario. A propósito del encuentro, creamos en Facebook el grupo Jóvenes Proética, para escuchar sus opiniones sobre la corrupción y coordinar iniciativas para combatirla.

¡Se sumaron casi 300 cadeístas! Una vez más: ¡es una buena noticia!, y no solo por el número, sino porque a través de sus respuestas a los llamados que les hicimos, comprobamos que estos jóvenes no son indiferentes a la corrupción; esta les indigna y avergüenza. De aquí a la acción, hay solo un paso. ¡Ayudemos a estos jóvenes a darlo! Que tomen conciencia de su poder, que se involucren en y asuman un liderazgo basado en valores.

Cuéntele a sus jóvenes empleados, y a sus hijos, acerca del grupo Jóvenes Proética. El Perú tiene una gran oportunidad si su juventud se convierte en protagonista del cambio para transitar de una cultura de transgresión a una de integridad. No la dejemos pasar.

Foto: El Comercio

3/07/2017

Proética organiza laboratorio cívico anticorrupción

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Este 14 y 15 de julio, Proética realizará el laboratorio cívico “Ciudadanía, juventud y lucha contra la corrupción”, evento que tiene como objetivo fortalecer la gobernanza democrática en el país.

Este taller busca articular a actores que, de forma colectiva, construyan una propuesta orientada a mejorar la articulación y movilización de las juventudes de Lima para la lucha contra la corrupción en la política. Para ello, se utilizarán herramientas metodológicas de LabCívico.

El laboratorio cívico “Ciudadanía, juventud y lucha contra la corrupción” es un taller organizado por Proética, en el marco de acciones de la Escuela de Incidencia de la Fundación Ciudadano Inteligente de Chile.

Si deseas participar de este taller, obten mayor información aquí.

Cierre de inscripciones: 10 de julio de 2017

3/07/2017

Proética exige a Edgar Alarcón se aparte por completo de la Contraloría  y una profunda reforma del sistema de control

El Director Ejecutivo de Proética, Walter Albán, señaló que el ex contralor Edgar Alarcón debe apartarse de inmediato de toda relación con la Contraloría General de la República, institución a la que ha perjudicado ya en niveles extremos. Además, exigió emprender una total transformación del sistema nacional de control.

“El Sr. Alarcón debe apartarse de inmediato de toda relación con la Contraloría. Resultaría inaceptable que, conforme ha declarado, pretenda regresar a algún puesto al interior de dicha institución, por ello los órganos competentes deben actuar decididamente para impedir ese despropósito”, sostuvo Albán en la última edición de “La Voz de Proética”.

Asimismo, recalcó que se necesita con urgencia definir un perfil adecuado para quien deba sucederlo en el cargo, toda vez que, además de contar con una excelente calificación profesional o académica, “debe ser alguien cuya trayectoria lo acredite como persona honorable y con profundas convicciones éticas”.

Respecto al último audio propalado en los medios sobre una conversación entre el ahora ex contralor Alarcón con los ex ministros Alfredo Thorne y Martín Vizcarra, y el Primer Ministro y ministro de Economía, Fernando Zavala sobre el proyecto Chincheros, manifestó que la oportunidad de su difusión, no es una simple casualidad.

“Al margen de que los contenidos de ese audio no pueden ser considerados a nuestro juicio como incriminatorios o prueba de algo indebido, lo cierto es que generan nuevamente un clima de desconfianza, sordidez, de inestabilidad política. No debemos caer en ese juego. Basta ya de distraer la atención de los peruanos, de lo verdaderamente importante”, agregó.

Finalmente, exhortó que se rediseñe la Contraloría no solamente con el cambio de personas, sino de procesos, instrumentos y estrategias de intervención.

“Lo que ahora tenemos no solamente no sirve, sino que daña. El Perú necesita y merece un nuevo sistema de control, con una Contraloría rediseñada para ese propósito”, puntualizó.

Foto: Agencia Andina

3/07/2017

“¿Quién mató a Miguel Grau?”, por Jorge Medina

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  • Por el presidente de Proética, Jorge Medina
  • Publicado por el diario El Comercio

Lo perdimos en una guerra, contestaría la gran mayoría. Pero, si lo reflexionamos mejor, veremos que no fue ningún cañonazo enemigo lo que le arrebató la vida a Miguel Grau, sino la enorme corrupción de su tiempo.

El historiador Alfonso Quiroz señala en su libro “Historia de la corrupción en el Perú” que el flagelo de esa época alcanzó su punto más alto en la década de 1870, costándonos 108 millones de soles, equivalentes al 4,6% del PBI de ese período. Con ese dinero se hubiesen podido comprar decenas de naves mejores que el Huáscar, y probablemente se hubiese evitado la guerra y sus terribles consecuencias.

Pero el Perú de entonces no invirtió en las urgencias de su tiempo. El nefasto manejo de la riqueza del guano y la corrupción que produjo generaron grandes déficits presupuestales y una enorme deuda pública. A pesar de ello, Grau zarpó a la guerra y ofreció su vida por el Perú.

Hoy, casi 140 años después, el gran enemigo del Perú sigue siendo la corrupción. Los más pobres destinan hasta 8% de sus magros ingresos en coimas para recibir servicios públicos a los que por ley tienen derecho gratuito. La corrupción encarece los costos empresariales entre 10% y 15%. En total, la corrupción le cuesta al Perú entre 3% y 4% del PBI. Con esos recursos perdidos podríamos duplicar el presupuesto del sector Salud, triplicar el de agua y saneamiento, o cuadruplicar el de Justicia. Al igual que en los tiempos de Grau, la corrupción es el gran enemigo que impide nuestro desarrollo y nos termina matando.

¿Qué hacer? Se necesita romper con la pasividad ciudadana para atacar las causas de la corrupción; es decir, presionar para que se hagan las reformas de Estado pendientes. Para eso es clave la fuerza de los jóvenes. Ellos sí tienen el tiempo que se le truncó a Grau. No es necesario que sean héroes, pero tampoco que jueguen el rol de víctimas haciendo nada para cambiar el Perú que, dentro de poco, comandarán. Si ellos asumen un liderazgo con valores, la corrupción no nos vencerá y el país tendrá una gran oportunidad.

La buena noticia es que ya han empezado. Hace diez días, Proética –el capítulo peruano de Transparency International– expuso en CADE Universitario acerca del valor de actuar correctamente, tomando el ejemplo de don Miguel Grau. A partir de allí, casi 300 estudiantes, de los 600 asistentes al evento, se comprometieron a participar activamente en prevenir y combatir la corrupción, desde donde les toque estar y actuar. Han empezado por sumarse al grupo de Facebook Jóvenes Proética que creamos a propósito del evento.

Jóvenes Proética pretende ser un espacio que sirva a la juventud para tomar conciencia del poder y responsabilidad que tienen y –a través de diversas iniciativas– ayudar a instaurar una cultura de integridad. Estos jóvenes están convencidos de que, con su fuerza y protagonismo, un Perú transparente es posible.

Hay varios ejemplos en la región. En Paraguay, se ha conformado una organización no gubernamental –Reacción Paraguay– para promover la transparencia en diversos campos del quehacer público. En México, Democracia Primero es una agrupación juvenil que impulsa la rendición de cuentas y el empoderamiento de jóvenes a través de talleres. Hace poco, un grupo de jóvenes ecuatorianos discutió sus propuestas de lucha anticorrupción y busca llevárselas al presidente Lenín Moreno.

3/07/2017

“La increíble y triste historia del cándido contralor y el gobierno desalmado”, por José Ugaz

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  • Por el presidente de Transparency International, José Ugaz
  • Publicado en el diario El Comercio

Tomo prestado el título de la novela de Gabriel García Márquez para ilustrar esta nota sobre la sorprendente –y no por eso menos indignante– situación actual del contralor general de la República. La alusión al premio Nobel colombiano viene a cuento porque la situación actual del contralor raya con lo real maravilloso y, sin duda, resulta absolutamente ‘macondiana’, tropical, surrealista.

Según lo dispone la Ley del Sistema Nacional de Control, el objetivo de la contraloría es velar por la eficiencia, integridad y transparencia de la gestión pública. Quien lidera esta delicada y vital tarea es el contralor, a quien el artículo 28 de la ley le exige tener una conducta intachable y reconocida solvencia e idoneidad moral.

Los problemas del actual contralor se remontan al momento mismo de su designación. Fue propuesto por un gobierno de salida y elegido entre gallos y medianoche sin que hubiera posibilidad de conocer a través de un debate público sus antecedentes, evaluar su capacidad profesional y contrastar la indispensable idoneidad moral exigida por ley para acceder al cargo. Ya era bastante cuestionable que el llamado a dirigir tan importante institución para la salud moral de la función pública fuera un anónimo burócrata de la propia contraloría –llegó a ser el segundo de a bordo– con muchos años de servicio en una institución, que si por algo ha sobresalido, es por décadas de absoluta inoperancia e ineficacia en la prevención y sanción de la corrupción pública.

Si en vez de nombrarlo atropelladamente se le hubiera escrutado públicamente, hubiéramos sabido con anticipación de su afición por los “fierros” (con la que se recursea unos ingresos adicionales), de su generosidad patronal con la madre de dos de sus hijos, de su presión a un subalterno para que retire un informe que lo comprometía y nada menos que de la obtención irregular de su título profesional. Tal vez nos hubiéramos enterado también de su increíble suerte ligada a la aparición de grabaciones clandestinas de sus conversaciones que le permiten petardear a sus enemigos.

Desde sus inicios como jefe de la Contraloría General de la República, evidenció su interés por realizar conferencias de prensa en las que anunciaba inconsistentes resultados para impresionar a la tribuna, lo que llegó al paroxismo con el Caso Chinchero. Pese a presentar un informe técnicamente deficiente, pudo capear las críticas gracias a la oportuna y “milagrosa” aparición de una grabación que le permitió acusar al ministro de Economía de haberlo presionado para direccionar el informe, y cobrar su cabeza cual trofeo de guerra.

Aunque ha negado hasta el cansancio ser el autor de la grabación, resulta que es el único beneficiado con ella. Peor aun, ante la andanada de críticas en su contra y el clamor nacional para su destitución, estimulado por la caída de Thorne, le dio un empujón al Ejecutivo amenazando con denuncias penales e investigaciones a varios ministros y al propio presidente. La estrategia del escapero ampayado, quien mientras huye grita ¡al ladrón, al ladrón!

Para coronar la faena, apareció una segunda grabación, que pese a que contiene una conversación inocua, apunta a bajarse al primer ministro Fernando Zavala brindando munición de utilería a sus opositores. A reiterado y oportuno beneficio de parte, relevo de pruebas.

Ante el apanado público y la curiosa tolerancia de una mayoría congresal que por muchísimo menos pide sangre, ha declarado que no va a renunciar. Sin embargo, aunque la cantidad y calidad de pruebas en su contra lo pone en una situación insostenible, quiere caer disparando para irse causando el mayor daño posible al gobierno.

Hoy sabremos qué suerte correrá el custodio de la integridad en la función pública. Ojalá sea la que el Perú exige a gritos por un mínimo de dignidad y vergüenza nacional.

Sin embargo, más allá del personaje en cuestión, hay aquí un problema de fondo: ¿Qué hacer con una institución fallida como la Contraloría General de la República? ¿Por qué ningún caso relevante de corrupción ha sido descubierto o prevenido por ella que siempre llega tarde frente a hechos consumados?

Esta situación abre una oportunidad única para repensar la función de control de la gestión pública e implementar un nuevo sistema que permita prevenir los actos de corrupción pública y, cuando estos hayan ocurrido, sancionar eficazmente a los responsables. La grave crisis de corrupción que nos aqueja exige que no dejemos pasar este tren. Otra impostergable tarea de reconstrucción para el gobierno y el Congreso.

Ilustración: Giovanni Tazza

3/07/2017