Lima, ene. 08/2008 (ANDINA). El capítulo peruano de Transparencia Internacional, Proética, saludó hoy el fin de la controversia entre la Contraloría y la Oficina Nacional Anticorrupción (ONA), y consideró indispensable una clara delimitación de sus funciones para evitar controversias que afecten la lucha contra la corrupción. Sostuvo, en ese sentido, que los organismos jefaturados por Genaro Matute y Carolina Lizárraga, podrían llegar a un acuerdo para luchar contra la corrupción desde dos ámbitos complementarios: la prevención y la investigación.
Cecilia Blondet, directora de Proética, opinó que eso sería indispensable para evitar un conflicto de funciones, entre ambas instituciones, así como también con el Ministerio Público y el Poder Judicial. “Sin ánimo de fijarle una función a la Oficina Nacional Anticorrupción, creo que esta institución no debiera dedicarse a hacer investigación porque eso le corresponde a la Contraloría, que necesita reforzar ese lado del control previo”, manifestó
Consideró que el Contralor actuó correctamente a la hora de defender, preservar y definir las competencias de la Contraloría porque si ésta se deslegitima y se debilita el rol de investigación sobre hechos de corrupción. “Hay que tener claro el rol de cada quien. La Oficina Anticorrupción llega en un campo donde ya tenemos instituciones como la Contraloría”, remarcó al indicar que es necesario fortalecer a esta última, pues no tiene presencia suficiente en las regiones y provincias del interior del país.
Advirtió que si la ONA comienza a hacer también investigación entrará en conflicto con la Contraloría o el Poder Judicial y a ambas instituciones las necesitamos fortalecidas. “No hay nada peor para una institución que no tener funciones claras y un campo delimitado en el cual actuar (…) Necesitamos que ambas instituciones tengan sus funciones muy bien definidas”, expresó.