Mensaje del Secretario General de la OEA con ocasión del Día Internacional contra la Corrupción – 9 de diciembre de 2013

En el Día Internacional contra la Corrupción, la Organización de los Estados Americanos (OEA) puede enorgullecerse de que, en este asunto, la OEA fue pionera al adoptar en 1996 la Convención Interamericana contra la Corrupción, el primer tratado internacional en la materia. Desde entonces abrimos caminos antes no recorridos, que hoy continuamos transitando, y en los que vamos a la vanguardia en el combate real y efectivo contra este problema.

Ahora no sólo tenemos la Convención, que es el tratado interamericano más ratificado después de la Carta original de la OEA, sino que contamos con el Mecanismo de Seguimiento de su implementación (MESICIC), un sistema de evaluación y cooperación recíproca entre los Estados, con la más amplia participación de la sociedad civil, que está propiciando la cooperación práctica entre todos los Estados, independientemente de la orientación ideológica de sus gobiernos, y produciendo resultados concretos.

Los Estados, en el marco de la OEA, desde un comienzo fueron conscientes de que la corrupción es un ladrón que nos roba a todos, y que para ser efectivos contra ésta no eran suficientes los hechos aislados, sino que se requería de un proceso sistemático y permanente de cooperación en que participáramos todos los que, de una u otra forma, somos víctimas de ella: los Estados, la sociedad civil y la comunidad internacional.

Hoy, como resultado del proceso de evaluación entre pares que se da en el MESICIC, tenemos cerca de cien informes por país, con diagnósticos y recomendaciones detalladas en relación con los aspectos específicos en que se requiere mejorar las instituciones y marcos jurídicos de los países. Tenemos además informes hemisféricos sobre la situación de la región y un conjunto muy completo de herramientas de cooperación técnica y jurídica que incluye planes nacionales de acción, leyes modelo, programas de capacitación, redes y otros instrumentos de apoyo tecnológicos.

La importancia y seriedad que los Estados le han dado a la cooperación contra la corrupción en el marco del MESICIC se ha confirmado, entre otros, con el hecho de que ellos se han obligado, y lo han cumplido, a informar sobre los avances que dan en la implementación de las recomendaciones que se les formulan, y a que el MESICIC se pronuncie sobre si considera suficientes tales avances o si se requieren pasos adicionales. Lo anterior se ha hecho aún más evidente con el salto cualitativo que ha representado la decisión adoptada por los Estados recientemente de que se les pueda visitar como parte del proceso de evaluación del MESICIC, y que las comisiones respectivas se puedan entrevistar con representantes tanto de las instituciones públicas como de la sociedad civil y el sector privado.

Hasta el presente se han realizado exitosamente visitas in situ a 19 países: Brasil, El Salvador, México, Bolivia, Paraguay, Perú, Costa Rica, Argentina, Trinidad y Tobago, Honduras, Panamá, Chile, Uruguay, Colombia, Guatemala, República Dominicana, Canadá, Ecuador y Guyana.

El Segundo Informe Hemisférico de Progreso, divulgado recientemente por el MESICIC, da cuenta de 748 acciones reportadas por los Estados en sus dos últimos informes anuales de avance, con respecto a la implementación de la Convención y las recomendaciones que les ha hecho e MESICIC.

Sabemos que hemos dado pasos importantes y efectivos en la cooperación hemisférica contra la corrupción, pero también somos conscientes de que nuestra acción colectiva en este campo debe continuar en su proceso de consolidación. La lucha contra la corrupción debe seguir siendo un camino sin regreso en las Américas, que nos permita fortalecer la democracia y el Estado de Derecho y crear las condiciones necesarias para el crecimiento económico y el desarrollo social de nuestros pueblos.

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