El presidente de Proética, Jorge Medina, evalúa la tolerancia que se percibe en la población ante la corrupción y plantea acciones para revertir la situación
(Perú21/Por Carlos Castillo) El presidente de Proética, Jorge Medina, evalúa la tolerancia que se percibe en la población ante la corrupción y plantea acciones para revertir la situación. Afirma que el punto de partida es el liderazgo que debe asumir el jefe de Estado.
La última encuesta de Pulso Perú refleja que, como peruanos, aceptamos la corrupción. ¿Cree usted que estamos siendo demasiado tolerantes ante este problema?
Bueno, en esta y en todas las encuestas se observa que nos hemos vuelto, como sociedad, tolerantes ante la corrupción.
¿A qué se debe esta tolerancia, según su punto de vista?
Varias razones. Por un lado, puede ser que la persona no vea esperanza en que esto tenga solución. La otra razón es que no siente que la democracia y el Estado resuelven sus problemas. Se ha llegado a un extremo en que la población no cree en nada ni en nadie y ve también impunidad.
¿Diría usted que nos estamos acostumbrando a vivir con corrupción?
Sí, ya estamos acostumbrados a vivir con corrupción y es absolutamente lamentable. No tiene que ser determinante, eso se tiene que revertir.
¿Y cómo se revierte?
Hay que empezar por el principio y este es la necesidad de un liderazgo de la más alta autoridad en el país, que es el presidente. El presidente Kuczynski debe ser el líder de la lucha, tiene que vibrar con temas de anticorrupción como lo hace con el tema del agua y saneamiento. Yo le diría que, incluso, tiene que ser más enfático. Cuando eso ocurra, el camino se hará más fácil.
¿Qué más debe hacerse?
La corrupción es un fenómeno muy complejo que opera con base en redes y complicidades, con base en compra de voluntades. ¿Qué se necesita? Se necesita articular el esfuerzo del Estado con el de la ciudadanía, ahí está la fuerza. Si nosotros logramos mostrar cómo afecta a la salud, a la educación y sus posibilidades de desarrollo, su acceso a la justicia, si nosotros logramos demostrar cómo la corrupción enferma y mata, habremos logrado el aporte de la ciudadanía. Los medios también deben ser educados para que no vean solo la punta del iceberg. Los medios hacen una extraordinaria labor, sobre todo el periodismo de investigación, pero creo que deben conocer un poquito más el porqué ocurren las cosas.
¿No se requieren medidas?
Vamos a llegar a ese punto. Hemos dicho que se requiere un liderazgo del presidente, articular el esfuerzo del Estado y la ciudadanía. Un tercer aspecto es que el presidente tiene que poner a trabajar en este tema a personas que tengan una visión de largo plazo. Estoy hablando de una comisión de trabajo multipartidaria, integrada por expertas y por notables…
Pero ya hay una Comisión Anticorrupción (CAN).
De eso hablamos luego, esa es otra historia. Lo que planteo es un grupo chico de expertos conocedores, que tengan la debida experiencia y sepan decirle “no” al presidente y al primer ministro cuando sea necesario. Que orienten al Ejecutivo en políticas públicas. Por ejemplo, ¿qué hacemos con la CAN?, ¿qué hacemos con el financiamiento a los partidos?, ¿cómo hacemos frente a la infiltración del crimen organizado? Un cuarto punto en el que tenemos que trabajar es el de la impunidad. Este gobierno necesita lo que se llama en inglés quick wins (ganancias rápidas). Tiene que demostrar resultados de que es implacable en la lucha contra la corrupción.
¿Cree que la corrupción se combate con leyes y sanciones?
Esa es una buena pregunta. En parte, sí. Pero no solamente con leyes o metiendo a la gente a la cárcel. El Congreso le ha dado facultades al Ejecutivo. Hay un numeral 3, que es lucha anticorrupción, pero te diré que en los otros temas hay muchísimas medidas para combatir a la corrupción, no solo el tema de la UIF, sino también desde los incentivos para exigir comprobantes de pago y eso va contra una de las medidas más frecuentes de corrupción, que es la evasión. Además de las facultades, el Ejecutivo puede presentar proyectos para reformas integrales que incluyan medidas anticorrupción.
¿Qué hacemos con la CAN?
Es una muy buena iniciativa, pero no funciona como debería. Para empezar, sus integrantes tienen corta duración. Desde la presidencia, que creo que dura apenas dos años, y quienes la conforman no tienen duración. Por eso, en cada reunión hay miembros nuevos. ¿Qué continuidad puedes tener? Un segundo aspecto es que no tiene presupuesto y un tercer problema es que no todos los titulares asisten a las reuniones. Te digo algo más. Desde que yo estoy como miembro de la CAN, por ser presidente de Proética, no hemos hablado de cómo corregir la infiltración del crimen organizado en la política. La CAN debería tener una influencia real.
¿El caso del ex consejero presidencial Carlos Moreno ha golpeado al gobierno?
No quiero ser drástico al señalar que ha afectado la credibilidad del gobierno, pero sí ha golpeado, hay un impacto. De hecho, la encuesta de Pulso Perú se ha hecho antes; si no, probablemente los resultados serían diferentes. Lo que sí encuentro inexplicable es que un consejero presidencial con los antecedentes de Moreno no haya podido ser detectado a tiempo.
13/10/2016