(Fuente: La República/ Por Juan de la Puente) Jorge Medina Méndez ha sido CEO y socio de la consultora Ernst & Young Perú; es dirigente empresarial, presidente de Proética y miembro de la Asociación Civil Transparencia. Reflexiona sobre las preocupaciones del empresariado sobre la ética pública y privada y propone un plan anticorrupción en estos ámbitos, empezando por profundas investigaciones. Sugiere la necesidad de que los empresarios propongan políticas de Estado como una forma de participación en la política y que se integren a la demanda de reformas institucionales.
¿Estamos en los inicios de una etapa en que los gremios empresariales se interesan por la transparencia pública? ¿Qué significado tiene?
La razón yo diría es de sostenibilidad. Si el sector privado no es capaz de involucrarse y ejercer liderazgo para cambiar, nuestras empresas corren riesgo de sostenibilidad. ¿Para qué existe una empresa? Para resolver problemas de la sociedad. Lo que tú veas, comunicaciones, electricidad o retail, son empresas resolviendo problemas de la sociedad. Donde la institucionalidad es frágil, la democracia es débil y la corrupción campea.
Hemos tenido 15 años de democracia con buena economía y sentían que estas preocupaciones no eran necesarias.
Los empresarios somos más sensibles a nuestra responsabilidad porque las cosas se han deteriorado demasiado, porque además cuando las papas queman salen a relucir aquellas cosas a las que no les prestamos atención cuando deberíamos haberlo hecho. Fíjate todos esos proyectos parados porque la política se ejerce mal, y porque quienes la ejercen no son los más idóneos.
¿Cuál es costo el costo de la falta de transparencia pública?
Hay varias mediciones; hay estudios en el mundo. Yo diría entre 10% y 15% nos cuesta a la empresa privada operar en un ambiente donde no hay transparencia, rendición de cuentas o donde hay corrupción. Por otro lado, no sé en cuánto estará medido el costo eficiencia, es decir, cuántas veces más gastamos de lo que gastan en promedio los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) producto de las trabas.
Como que hay una relación efectivamente entre corrupción y traba burocrática…
La mejor condición para el corrupto es un Estado que no funcione, con caos, un Poder Judicial no previsible y corrupto; es lo mejor para ellos, o sea, a quienes viven por la corrupción y de la corrupción no les interesan reformas políticas adecuadas o institucionalidad fuerte.
El corrupto tiene un corruptor. ¿En qué medida hay conciencia de esta dependencia? ¿En el Perú se castiga al corrupto?
La manera como se ejerce política en el país hace que tengamos la justicia, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), la Contraloría o la policía que tenemos. Si tienes esas debilidades lo esperado es la impunidad; el corruptor en el Perú tiene mucho poder y entonces compra conciencias y voluntades. Tampoco es que se sancione a todos los corruptos o sea a los corruptores está claro, pero no a todos los corruptos. Lo que está ocurriendo en Brasil es algo inédito, tenemos a líderes empresariales números uno y políticos presos, porque está funcionando la última reserva moral, que son sus autoridades judiciales.
¿Por dónde debería empezar un programa anticorrupción? ¿No tenemos Lavajatos en el Perú?
No tenemos porque no están descubiertos. No quiero ser pesimista pero si revisas la región, estas empresas son corruptas no solo en su país, eso opera a nivel regional. Lo que tendríamos que hacer son investigaciones profundas, pero tenemos una Contraloría inoperativa; no ha descubierto un solo gran caso en los últimos años. Nos dicen “tenemos 5 mil o 7 mil denuncias”, pero de compras de papel que no estaba en el presupuesto. Hay que empezar por la cabeza.
Enfrentarse a la gran corrupción implica, otra vez, una gran justicia…
Combatir la gran corrupción e implica un Poder Judicial con vigilancia ciudadana contra la impunidad. Eso es Proética. Una vez que tienes gente pagando sus delitos de acuerdo a nuestras leyes, uno se lo comienza a pensar. Mira lo que pasa en el mundo, Siemens fue descubierta pagando coimas y ahora quieren ser best in class, de las mejores. Ya sufrieron, tuvieron dolor y ahora quieren ser los mejores.
Nosotros tenemos empresas que tienen códigos de ética, normas de responsabilidad social empresarial (RSE), pero hay un problema de cultura empresarial, más transparencia privada.
En el sector privado no queremos corrupción y te hablo de la empresa chica, la mediana, la grande, la local, la internacional, no queremos, y porque además es antieconómico, quisiéramos que todo fuese transparente. Operamos en condiciones muy complejas, no hay empresarios que no tenga problemas en las municipalidades no puede sacar licencias si antes no te piden plata.
Eso pasa por sacar de los presupuestos privados ese tipo de costo de transacción
Tenemos que resolver lo de las garantías. Y cómo es que pensamos, “si yo salgo al frente qué me va a pasar, me van a archivar mis proyectos, porque la corrupción es muy poderosa, ¡ah! eres rebelde, bueno ahora toma tu castigo”. Entonces el empresario en forma individual no quiere dar ese paso, dice si esto es el sistema, dentro de mi empresa no hago cosas malas, mi directorio tiene su gobierno corporativo y ahí cumplo yo, pero no voy más allá si luego van a tomar represalias conmigo. Mira a los empresarios que han denunciado extorsiones.
¿Hay condiciones ahora para un pacto al interior del empresariado, para un nuevo momento pro transparencia privada?
Creo que sí; piensa en los 10 primeros grupos empresariales; basta que un líder de ese grupo levante el teléfono y llame a su par y le diga vamos a tomarnos un café y vamos a hablar de este tema, el líder del grupo, no su gerente general, no su representante gremial, me refiero al que corta el pastel. No hay que inventar la pólvora, en qué otros países esto ha funcionado y luego llamas a Proética, Transparencia, Confiep, IPAE, Perú 2021. ¿Qué nos falta? Liderazgo, ponerlo en la agenda y unirnos.
Un tema sensible en lo que estamos discutiendo es la gestión de intereses, el lobby. Hay una norma, pero desde la empresa privada se generan lobbies indebidos frente al Estado.
Hace tres o cuatro años se hizo un estudio bien interesante con IPAE y el Banco Mundial financiado por la Comisión Anticorrupción; se entrevistó a cerca de 300 presidentes y CEOs (Chief Executive Officer, en inglés). Para hacer la historia corta, sugieren que los empresarios tomen la iniciativa de mejorar la ley de lobby para que registremos todo y hagamos transparente cualquier gestión que además es válida y legítima. El lobby es una cosa buenísima, bien hecha y en forma transparente.
Otro tema es el financiamiento de la política; no se trata de impedir el financiamiento privado, pero hay un enorme hueco que se llenan con billetes.
Mira el dilema en que se está y la presión que se tiene; viene un candidato y el empresario le dice mi empresa por nuestras regulaciones no hace donaciones políticas. El político se va diciendo “a mí no me ha querido donar y a otro sí”. El empresario dice “no me creen que no doy donaciones porque otros donan”.
Y no sería mejor transparentar en el sentido de “yo empresa donó al partido A y que sepa que yo dono al partido A” porque la costumbre es que una empresa dona a varios; esa es la lógica del granjero, que le da un poco de maíz a cada pollito.
Eso es en el mundo ideal donde las instituciones funcionan. Digamos que yo voy a transparentar mi donación porque creo que es lo mejor para el país y ese candidato no sale elegido, sale el otro al que no le diste. Y yo me pregunto: ¿va a tomar represalias? Los empresarios pensamos que sí. Ahora, nuevamente, porque pensamos en forma individual; si nos unimos y decimos no damos a menos que sea totalmente transparente y cuando tú que aportaste al que ganó y yo que aporte a este no, gremialmente nos defendemos para que no tomen represalias. La otra cosa es que nuestra regulación es un desastre. Los últimos cambios al financiamiento son un mamarracho.
Se va armando un paquete político en este nuevo momento en que crecemos menos y hay más corrupción e inseguridad. Qué otros cambios deberían producirse al interior del mundo empresarial.
El gremio empresarial en Colombia, equivalente a la Confiep, tiene un think tank; no sé si todos forman parte del think tank, pero tiene más de 150 personas en su staff; y en qué piensa esa gente financiada por el sector privado, piensa en infraestructura, salud, anticorrupción y transparencia. Te voy a hablar sólo de los tres países que son nuestros socios en la Alianza del Pacífico, todos tienen centros de pensamiento. Compara esos tres países con el Perú y con nuestro gremio más poderoso y cuál es nuestro staff, cuáles son nuestros think tanks, cuánto estamos contribuyendo es un tema también de recursos.
Es una entrada a la política desde otro ángulo, pero para eso se necesita ideas de Estado.
Si queremos combatir la corrupción no esperemos que venga otro y lo haga. El dilema sobre si los empresarios participamos o no en política es falso. Eso de que no participo en política porque es incompatible o porque van a creer que solo participo por mis intereses no es bueno. Debo hacerme más transparente, abrirme. No voy a publicar mis secretos comerciales, técnicos, mi cartera de clientes, pero sí voy a decir “soy una empresa libre de corrupción incluyendo temas de donación política”. Hay empresas en el mundo que lo están haciendo, 180 empresas globales firmaron un pacto y están trabajando en temas específicos.
“Hacer política proponiendo grandes temas públicos” ¿Qué debería pasar en los próximos cinco años en la relación empresas-gobierno?
Para el presidente Humala era incorrecto tomarse foto con los empresarios, pero la señora Heredia sí tenía reuniones con los empresarios. Pero vamos a darle el beneficio de la duda porque nosotros no hemos sido capaces de demostrar de modo total que no solo buscamos esos intereses.
¿Cómo avanzar hacia una relación provechosa para el país?
Creo que tenemos que hacer las propuestas de Estado por el bien común; eso es hacer política, Y si el gobierno o el Estado no responden, tenemos que ejercer una presión abierta y legítima.
¿Qué significa este concepto de presión porque de hecho este gobierno ha soportado una presión empresarial?
No creo que tengamos tanto poder porque el sentido de la presión de la que hablo viene de la pregunta sobre si es conveniente para el Perú tener un Poder Judicial transparente o si debe seguir este formato de política. Creo que de algún modo los empresarios también pueden canalizar las demandas de cambio.
Desde Proética, y el informe que se presenta ahora, ¿cómo se miran los próximos 5 años?
La misión de Proética es influir en los que influencian; si somos capaces de lograr que te invdignes tomarás acción, y si no llego a persuadirte de que esto es por tu interés, te pones de costado.
¿Cuál es el hallazgo central de este informe?
Ipsos ha hecho un trabajo de campo fabuloso. El primer problema identificado por la población es la inseguridad ciudadana y el segundo, por el 46%, la corrupción; más abajo vienen el consumo de drogas y el desempleo… pero mucho más abajo.
Es decir, la corrupción se ha convertido en un problema central del país.
Absolutamente, y está en segundo lugar porque ha aumentado la inseguridad ciudadana que tiene que ver con la integridad física. Si no sería el primero. Uno de cada dos peruanos piensa que la corrupción es el principal, y si le preguntas a ellos mismos sí ha mejorado en los últimos años, 8 de cada 10 dicen que han empeorado.
Pero este pesimismo realista puede ayudar, ¿no?
Si no hacemos cambios concretos no veo por qué debe bajar la percepción y esos ocho tendrían razón. Una pregunta bien interesante es sobre si cree que el crimen organizado se ha infiltrado en la política; la gente lo siente y sobre todo la gente de las regiones porque lo ven. Eso tiene que cambiar porque no tenemos otra alternativa.