- Por Jorge Medina, presidente de Proética.
- Publicado en el suplemento Día1 del diario El Comercio
Los jóvenes del mundo tienen algo importante que decirnos. El 47% de ellos opina que la corrupción y falta de transparencia son los mayores problemas de sus países –por encima de la inequidad (38%) y la falta de oportunidades económicas (30%)– y el 49% responsabiliza a la corrupción de ser el principal motor de la desigualdad, según la reciente encuesta Global Shapers del Foro Económico Mundial, hecha a jó- venes de entre 18 y 35 años en 186 países. Por eso, no sorprende que el 52% de ellos no confíe en sus gobiernos, sobre todo en América Latina.
El abuso de poder es lo que más frustra a los millennials, especialmente a los latinoamericanos (78%). Más de la mitad de los jóvenes del mundo cree que luchar contra la corrupción es la mejor manera en la que los gobiernos pueden demostrar transparencia y rendición de cuentas.
“Los jóvenes señalan que la integridad es la cualidad más importante en un líder y priorizan la lucha contra la corrupción.”
Estas respuestas guardan estrecha relación con los valores que los jóvenes buscan en los líderes: el 47% dice que la integridad es la cualidad más importante que debe tener un empleador o gobernante, mucho más que obtener buenos resultados o que proteger el futuro de su país y el mundo.
Todo esto revela cómo las nuevas generaciones no solo repudian la corrupción, sino que la asocian a una desigualdad que les resulta inaceptable, pues saben que no podrán alcanzar su potencial sin que exista una sociedad más justa e inclusiva, lo que equivale a un mundo libre de corrupción.
Todos –autoridades, polí- ticos, empresarios, medios, académicos– tenemos la gran oportunidad de escuchar a la juventud y ayudarla a ser protagonistas del cambio que reclama el país: transitar de una cultura de transgresión a una de integridad.
Foto: CADE Universitario
25/09/2017