Condenarlos al ostracismo, por Jorge Medina

Por Jorge Medina, presidente de Proética
Publicado en el diario El Comercio

Hace unos días, Proética realizó el foro “Por un Perú Libre de Corrupción: Retos y Compromisos”. El debate tocó el rol del sector privado. Daniel Paredes, un joven líder de la audiencia, nos preguntó a los panelistas: “Ustedes dicen que todos [los empresarios] sabían sobre Odebrecht y que fueron laxos. Ahora, ¿saben de alguien más? Y si es así, ¿qué harán?”.
La respuesta merece ser ampliada. Una medida comprobadamente efectiva es la sanción social: dejar de tener relaciones con empresas y empresarios corruptos, aunque eso signifique perder oportunidades en el corto plazo.

Un informe del Banco Mundial señala que en los países donde se acepta la corrupción y no hay sanción social, no se respeta a las personas honestas y hasta se burlan de ellas. Esto refleja que la corrupción es influida por normas sociales. Sin sanción social, se normaliza el delito.

El Banco Mundial y el BID publican una lista de empresas envueltas en corrupción, detectadas durante procesos administrativos. Estas pueden llegar a ser castigadas hasta con la inhabilitación temporal para la adjudicación de contratos con esos bancos.

El WEF pone énfasis en el liderazgo ético, que es actuar en base a valores y con autoridad moral, pues es lo que los consumidores premian. La OCDE asegura que liderar con el ejemplo es el factor que más impacta en el comportamiento ético y la confianza de los trabajadores.

Daniel, los empresarios podríamos seguir este ejemplo: evitar relacionarnos con quienes están vinculados a la corrupción. Tenemos que apartar a los corruptos que atentan contra el Perú y el gremio, tal como en la antigua Grecia, donde se condenaba al ostracismo a quienes atentaban contra su sociedad.

Ilustración: Victor Aguilar

18/12/2017

Cargando imágenes...