(Por Yaiza Martín/RFI en español). Con su dimisión, Pedro Pablo Kuczynski se ha convertido en el primer mandatario en funciones en renunciar a su cargo tras haber sido salpicado por el escándalo Odebrecht.
En Perú, hay que añadir los expresidentes Ollanta Humala, en prisión preventiva por blanqueo de dinero, y Alejandro Toledo, que será extraditado de Estados Unidos para ser juzgado por un presunto soborno de 20 millones de dólares. ¿Cómo los tentáculos de la constructora brasileña consiguen asfixiar las democracias latinoamericanas?
Elisabeth Ungar es analista política y exdirectora de Transparencia por Colombia. Explica que “que el poder devastador ha puesto a tambalear regimenes más o menos democráticos. Nunca se midieron las consecuencias. El objetivo de esta empresa era hacer negocios, sin importar a qué costo”.
La manera favorita de sobornar de Odebrecht: la financiación de campañas electorales, una lacra a nivel internacional.
En el caso de Perú, el escándalo de los vídeos donde se ve cómo supuestamente el oficialismo intentó comprar votos de congresistas, y que empujó a PPK a la renuncia, pone en evidencia el deterioro la clase política en el país.
Según Walter Alban, el director de Proética, el capítulo peruano de Transparencia Internacional, “el Estado se ha ido debilitando en términos institucionales. El crecimiento económico ha sido paralelo a un crecimiento de una economía ilegal con narcotráfico, tráfico de tierras o de personas. Eso ha llegado a los propios puestos de poder.”
Para Walter Alban, la transición política que se presenta en Perú es la ocasión para hacer cambiar de rumbo el sistema.
En Colombia, Odebrecht habría financiado la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en 2014. Pero, ¿por qué el caso de corrupción más importante en América Latina no ha hecho renunciar al mandatario colombiano? Elisabeth Ungar afirma que “el Consejo Nacional Electoral, el órgano rector de los temas electorales en el país, tiene un origen político. Sus miembros son nombrados por el Congreso de la República en proporciones políticas equivalentes a su composición. Ese CNE y el Consejo de Estado son terriblemente ineficientes.”
Además de Perú y Colombia, no se puede obviar al ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas y el ex jefe de Estado de Brasil, Luiz Ignácio Lula da Silva. Los tentáculos de Odebrecht están extendidos por toda América Latina.