Walter Albán, director ejecutivo de Proética, señala que se debió tomar en cuenta los antecedentes del nuevo presidente interino del Poder Judicia
(La República/ Por Enrique Patriau).- Walter Albán, director ejecutivo de Proética, señala que se debió tomar en cuenta los antecedentes del nuevo presidente interino del Poder Judicial, Ramiro de Valdivia Cano. Además, se pronuncia sobre los nombramiento de Rafael Rey, Elmer Cuba y José Chlimper como directores del Banco Central de Reserva (BCR).
¿Qué le sugiere que Ramiro de Valdivia Cano ocupe de manera temporal la presidencia del Poder Judicial?
Hay cosas muy delicadas que deben ser evaluadas. Por un lado, los antecedentes de esta persona. Y por el otro, lo que se ha conocido recientemente, que ha demandado una compensación por los años que no ejerció como juez.
El fallo a su favor ordena un pago de casi tres millones.
Efectivamente. Y es gravísimo. Hay aspectos legales por debatir. Por ejemplo, la condena original establecía una reparación civil, pero él asumió que no debía pagarla porque la prescripción del caso la dejaba sin efecto. No obstante, lo que no admite mayor discusión es que, siendo juez supremo, demande al Estado.
El conflicto ético es claro.
Es un juez supremo denunciando al Poder Judicial. Lo lamento por el doctor De Valdivia, porque lo conozco, pero había cosas por las que tenía que responder y que haya demandado al Estado para que se le abone una compensación cuando en rigor nunca fue absuelto es algo inconcebible. No es ético y tiene un efecto tremendamente negativo en la opinión pública. Es desconcertante, indignante y reprobable.
El miércoles fue la ceremonia de juramentación de José Chlimper, Rafael Rey y Elmer Cuba como directores del Banco Central de Reserva. Los tres han sido cuestionados. La ceremonia la encabezó De Valdivia. ¿Sintomático, no?
Toda esa elección del BCR es cuestionable. Es cierto, Cuba es una persona calificada en economía, pero no es independiente. Iba a cumplir un rol protagónico en un eventual gobierno de Keiko Fujimori. Y por otro lado, pertenece a un grupo prestigioso de consultores, Macroconsult…
Con una muy buena cartera de clientes.
Lo que puede generar una situación de conflicto de intereses que no ha sido sopesada. Ser director del BCR te hace acceder a información que no tiene el común de los economistas. No está claro que Cuba se haya desvinculado de la consultora. Y lo de Chlimper es todavía más lamentable, ¿no? La otra vez se dedicó a tuitear para que los medios le presten atención a una actividad pública de la señora Fujimori. Sigue siendo una persona vinculada orgánicamente a Fuerza Popular.
Y su vinculación con el caso del audio manipulado está lejos de aclararse.
Es una persona cuestionada y no es independiente. Que en esas condiciones esté en el BCR es una falta de respecto a la ciudadanía. Este Congreso niega lo que dijo la señora Fujimori, que de llegar al gobierno nombraría en puestos clave a gente intachable e independiente. ¿En qué queda la palabra empeñada? Esto hace recordar al fujimorismo de siempre.
El fujimorismo alega que usa la mayoría que el pueblo le otorgó de manera democrática.
Mayoría no significa avasallar a la oposición o a las minorías. El discurso en campaña era que el fujimorismo buscaría a personas independientes como una forma de demostrar que podían generar consensos. Está haciendo lo contrario.
De Rey ni siquiera se puede decir que tiene experiencia.
No conocemos su filiación actual pues ha pasado por varias agrupaciones pero es un político profesional. Es su derecho. El punto es que llegar a ser director del BCR no debe ser un premio a la fidelidad a un partido o a un gobierno.
El Gobierno nombró una comisión para que proponga medidas contra la corrupción. En diciembre debe entregarlas. ¿Qué expectativas tiene?
Es gente de primera. El mandato es corto porque no se necesita mucho más, los diagnósticos ya están. El punto es si hay voluntad o no de cumplir con las decisiones.
21/11/2016