(Fuente: Chimbote en Línea) El Director Ejecutivo de Proética, Walter Albán, comentó recientemente los resultados que arrojó nuestra IX Encuesta Nacional sobre percepciones de la corrupción en el Perú 2015.
Al respecto, advirtió que se mantienen las tendencias centrales con relación a las anteriores consultas, pero el problema no solamente ha aumentado, sino que la manera en la que se viene extendiendo, con los recursos provenientes de la economía ilegal, lo hacen todavía más preocupante, toda vez que incide directamente en afectar nuestra ya débil institucionalidad.
“En este momento se hace evidente el grado de penetración de la criminalidad, a partir de dinero mal habido que reciben las organizaciones políticas y, a través de ellas, comienza a penetrar al aparato del Estado”, indicó Albán en la última edición de La Voz de Proética.
Precisó que ya no solo se trata de un problema de debilitamiento sino de una grave descomposición institucional. “4 de cada 5 peruanos se dan cuenta de esta situación y señalan entonces cómo la corrupción está corroyendo las débiles estructuras del aparato estatal en el Perú”.
Por otro lado, Albán resaltó que se hace cada vez más evidente para la opinión pública de que hay un vínculo directo entre corrupción y criminalidad.
“La criminalidad y la inseguridad ciudadana ha crecido en la medida que ha crecido la economía ilegal del narcotráfico, de la trata de personas, de la minería ilegal y del lavado de activos. Esa ilegalidad económica dota de enormes recursos a organizaciones criminales que, con la debilidad de los partidos y las instituciones del Estado, está penetrándolo todo”, manifestó.
Ante esta realidad, pidió a los ciudadanos reaccionar porque “es muy preocupante que siga siendo tan alta la tolerancia a la corrupción en el país”.
Sobre este hecho, recordó que los panelistas que participaron en la presentación de la IX Encuesta Nacional sobre percepciones de la Corrupción dijeron que no solo se trata de un tema de resignación o incluso hasta de cierta complicidad, sino que se trataría de una suerte de pragmatismo por parte de la ciudadanía, en vista de que la oferta por el lado político es poco confiable.
“La gente tiende optar por aquello que considera que le hará menos daño, en otras palabras, otra vez regresamos a este lamentable dicho: ‘roba pero hace obras’”, comentó.
Finalmente, Albán aseguró que en situaciones de esta naturaleza, la movilización ciudadana articulada puede dar buen resultado, como lo hace evidente experiencias de otros países se la región, como Guatemala, Brasil o Chile.
“Tenemos que recuperar la indignación frente a lo que viene ocurriendo en el país y esa indignación nos debe conducir a una tarea indesmayable y sostenida para encontrarnos en situación de revertir este fenómeno tan grave, que origina tanto daño y afectación a los derechos ciudadanos”, finalizó.